Eran los tiempos de mis tempranos y hermosos cuarenta años, cuando era gerente de proyecto del J.W. Marriott de Quito. Me inventé un viaje a Florida con el propósito de motivar a los ingenieros consultores ecuatorianos. Se supone que teníamos una reunión de coordinación en las oficinas de los arquitectos Adache, en Ft. Lauderdale. En la nómina estábamos Francisco Lasso, mecánico; Edgar Castro, electricidad y sistemas, y Raúl Duque, hidrosanitario. La contraparte, como de costumbre, estaba presidida por Joe Travez, de Marriott, varios arquitectos incluido Dan Adache, y el arquitecto paisajista que me parece era Phill Bugdell.
En los días anteriores el consulado americano en Quito negó la visa a Raúl por cuanto había un homónimo vinculado a narcotráfico (?). Nos reíamos, pero con pena, pues Raúl nunca había viajado a Estados Unidos, y no sabíamos como ayudar. Para sorpresa nuestra días más tarde le llamaron a decir que su visa había sido aprobada. ¡Alegría!