En los días anteriores el consulado americano en Quito negó la visa a Raúl por cuanto había un homónimo vinculado a narcotráfico (?). Nos reíamos, pero con pena, pues Raúl nunca había viajado a Estados Unidos, y no sabíamos como ayudar. Para sorpresa nuestra días más tarde le llamaron a decir que su visa había sido aprobada. ¡Alegría!
Una vez en Ft. Lauderdale trabajamos un poquito, y nos dispusimos al día siguiente a una fiesta especial que había organizado Adache en honor a mi cumpleaños: fiesta a bordo de un yate de cincuenta pies, por los únicos canales de la ciudad, que, por cierto, tiene más canales que Venecia. Había un capitán vejete medio borrachín, y un par de 'oficiales' (hostesses, más bien), también pasadas de edad. Hubo bocaditos, picadas, miles de cervezas, vodka... Cantábamos pasillos en voz alta, y con seguridad nos escuchaban en las residencias. Gritábamos a los guardianes de los puentes para que los levantaran... Algarabía popular. Viva el desorden.
Entonces se acercó una lancha de la policía, y nos abordó. Subieron unos cuatro policías, uno de ellos mujer, con chalecos antibalas y sus armas de reglamento, mientras otros, con armas automáticas, vigilaban desde su embarcación la operación. Nos dio chiste... ¿qué les pasa a estos? Recuerdo que les decíamos, en español:
--Jefe, tómese una cervecita.Pero ni nos sonreían. Hicieron un cateo del yate a fondo, levantando y abriendo colchonetas de los asientos, buscando en el baño; en fin, por todas partes. Nada. Solo ecuatorianos borrachos. Luego de más o menos noventa minutos se dieron por vencidos y se retiraron. Para esto, el capitán nos había instruido en no informar de quién era el yate y cosas de esas que tenían que ver más con impuestos que otra cosa.
Siguió la fiesta, y terminó al anochecer. Semanas más tarde, de vuelta en Quito, até cabos: le dieron la visa a Raúl bajo la sospecha que sí era narcotraficante, nos siguieron todo el tiempo, y esperaban que el intercambio se hiciera en el yate. Esto nunca lo comenté con Raúl. Me pregunto qué hubiera sucedido si encontraban algún resto de droga, supongamos, de la fiesta anterior.
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